Si deseamos conocer bien a las personas analicemos su vida personal como trata a sus hijos como es su vida familiar y ayuda al prójimo.
El hogar es el primer lugar o ámbito de ayuda al prójimo cumpliendo con la tarea y responsabilidad de edificar nuestra casa en el libro de Salmos 127: 1 dice Si Jehová no edifica la casa en vano trabajan los edificadores. Nuestra primera responsabilidad es edificar a nuestra familia en el temor a Dios
La primera responsabilidad de los padres es cuidar amar a su conyugue y luego amar, cuidar, disciplinar y educar a sus hijos y después vienen las demás responsabilidades, de trabajar, predicar el evangelio a otros pero tristemente esta responsabilidad se ha invertido por las preocupaciones materiales, por aparentar grandeza delante de los hombres y no de Dios por no haber comprendido bien nuestra posición en CRISTO.
El primer y gran mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas y el segundo amar al nuestro prójimo como a sí mismo .La biblia dice que el que ama a su esposa o conyugue a si mismo se ama y nadie aborreció a su propia carne. Entonces reflexionemos sobre estas dos áreas de amor al conyugue uno es el amor y el otro es el respeto.El marido le corresponde amar con sacrificio a su mujer no puedes sacrificarte por alguien si no es digna de tu respeto. Cuando nos casamos enamorados este mandamiento es fácil de cumplir pero al trascurrir el tiempo cuando el atractivo desaparece es difícil mantener este sentimiento igual pero para enfrentar este momento difícil es necesario fortalecer y reforzar estos lazos de amor echando mano del amor de Dios para seguir amando a nuestro prójimo que es nuestro conyugue
El respeto por lo general para nosotras las mujeres somos rápidas para cuestionar, criticar, dar opiniones y pareceres aunque no nos las pidan tenemos la tendencia a descalificar a nuestros esposos por tanto es necesario que valoremos el esfuerzo y decisiones que hacen.
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