jueves, 7 de octubre de 2010

SUPERANDO LA DECEPCIÓN


La crisis puede estar presente en la familia por diversas causas, uno de ellos son  los conflictos en las relaciones interpersonales entre la pareja, padres e hijos, produciendo decepción dañando inesperadamente la vida cotidiana familiar, dejando  a las personas sin saber qué esperar, qué hacer o de qué manera afectará el hogar, la primera reacción es intentar huir o no pensar en ello.

Existen diferentes tipos de decepciones, la más común  en la familia es la  relacionada con  las personas, miembros del núcleo familiar. Los padres reciben ingratitud, mala conducta y rechazo de los hijos. Los hijos igualmente son rechazados, decepcionados por los padres. En la relación de pareja ocurre por las falsas expectativas sobre el conyugue por la infidelidad, traición, engaño.

Para entender bien este temido sentimiento es necesario reconocer que surge cuando la realidad no está ajustada a las expectativas personales, es descubrir que las persona  y circunstancias presentes en la vida, no son lo esperado.

Para enfrentar satisfactoriamente la decepción es necesario seguir pautas establecidas en la biblia partiendo por  aceptar la adversidad como parte de la vida cotidiana, ver la realidad,  para buscar la solución correcta.

Estar consciente de que es algo  real e inevitables  con repercusiones de sentimientos como el desanimo.

Es mejor, para el bien de nuestra alma, tener una visión realista de la vida, y de las personas, nunca tener expectativas altas en los demás para evitar  problemas y pena.

Tomar los riesgos necesarios  y utilizar la experiencia para crecer y madurar como persona y aprender a saber escoger.

Dar tiempo al proceso sanador de las heridas emocionales, tener la seguridad de saber, de poder y la esperanza en el futuro provoca, sentimientos positivos

Cuando se atraviesan tiempos difíciles, pida a Dios que transforme la decepción en confianza y paciencia hacia las debilidades de los demás.

El ambiente de este mundo puede parecer triste y peligroso, pero se puede enfrentar las decepciones y el desamino con confianza en Dios porque él nos guardara y ayudara a superar las dificultades.



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